Las principales amenazas para las carteras de bonos son una inflación y unos tipos de interés que empezarán a subir en el verano del año que viene. Para combatir dichas amenazas, Gartside aconseja invertir en productos internacionales, que no tengan restricciones y que, por tanto, puedan ir adaptándose a las diferentes situaciones del mercado. Mientras tanto, en el corto plazo, Gartside prevé que los tipos sigan bajos, lo cual será negativo para los fondos más conservadores.