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Saturación urbanística, «pecado capital» del turismo español

Poca exigencia sobre eficiencia energética y aprovechamiento del agua, falta de protección acústica, precios y saturación urbanística y turística. Éstos son, según ADECES (Asociación pro Derechos Civiles, Económicos y Sociales), las cuatro rémoras del turismo español sobre las que las administraciones públicas y las empresas del sector deberían incidir para reforzar la imagen de España como destino turístico.

Pérdidas «in crescendo»

Según ADECES, la pérdida de turistas se inició en 2008 con 1,8 millones (-3,2%) y ha seguido en el primer trimestre de 2009 con descensos del 10%, deducido el efecto semana Santa. Por tanto los ingresos descienden hasta abril un 11,7 frente a competidores como Francia (-5,6%) o Italia (-8,4%) que con la misma moneda que España, resisten mejor la crisis.

Calidad en entredicho

  1. En el informe de ADECES figuran como prioritarios los aspectos referidos al agua. Así, sólo Andalucía, a pesar de la escasez de agua de los principales puntos turísticos y del incremento de consumo que el turismo representa, regula el aprovechamiento por parte de los establecimientos de las aguas grises, regeneradas y pluviales a través de instalaciones dedicadas al efecto. Aunque trece Comunidades se refieren a la salubridad de forma específica, sólo Andalucía y Cantabria obligan a garantizar el suministro de agua potable mediante el uso de depósitos, durante dos días en el primer caso y de 1 a 5 días en el segundo, dependiendo de si el agua procede o no de una red.
  2. La eficiencia energética tiene planteamientos muy dispares: desde las altas exigencias de Andalucía que obliga a incorporar instalaciones de energía solar o al empleo de combustibles líquidos o gaseosos con preferencia a los eléctricos para determinados usos; pasando por la simple exigencia de Valencia de mantener las temperaturas prescritas por las normas energéticas, o la obligación del País Vasco de acreditar la Certificación energética de los establecimientos de 3 o más estrellas; o la más general indicación de la Ley Navarra de que los establecimientos deberán contribuir a la conservación del medio al ahorro energético y al uso de energías renovables.
  3. La calidad acústica es otra de las asignaturas pendientes. El ruido, en un país catalogado como el más ruidoso de Europa, es una de las principales quejas de los turistas y un obstáculo para atraer turismo de calidad y con más capacidad de gasto. La falta de regulación específica para el sector se da en Aragón, Baleares, Navarra, Ceuta y Melilla, Castilla y León y La Rioja (éstos últimos solventan el tema con un “se tratará de evitar”). Otro grupo regula el aislamiento respecto a ruidos muy concretos como los originados en instalaciones y zonas comunes o pasillos (Cantabria, Murcia, País Vasco) u obligan a la insonorización de habitaciones sólo en hoteles de 4 ó 5 estrellas (Madrid o Galicia que amplia la medida a los de 3 estrellas). Otras autonomías extienden estas obligaciones al aislamiento acústico entre habitaciones: Asturias, Canarias, Castilla La Mancha y Extremadura y Andalucía (que también regula el aislamiento de los lugares comunes con el exterior). Sólo Valencia cifra el nivel sonoro que pueden producir las instalaciones (-40 dB) aunque descuida otros aspectos. Para ADECES resulta paradójico que las normas no exigen mayores niveles de protección frente al ruido que lo establecido por la normativa general, salvo las especificidades comentadas. La superficie de habitaciones y baños, aunque menos relevantes, también presenta disparidades.
  4. Saturación urbanística y turística: según ADECES, basta ver los números para darse cuenta de que la queja que expresan los turistas es real. Desde finales de 2003 hasta mayo de 2005 el número de plazas a nivel nacional disponibles para el turismo, en sus diversas tipologías (hoteles, campamentos y apartamentos turísticos) pasó de 1,4 a 2,6 millones. El 85% de este incremento se concentra en seis comunidades: Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia, Baleares, Canarias y Andalucía, destinos tradicionalmente turísticos a los que se aporta más presión sobre el territorio. La saturación turística coincide también con la saturación urbanística. Desde 2002 se han construido en España 3,1 millones de viviendas y, aunque la explotación del territorio ha afectado a todas las Comunidades estos destinos turísticos no han quedado al margen. En definitiva el propio sector y las administraciones han contribuido a crear este estado de saturación que se vuelve contra sus causantes. 

Precios poco competitivos

Según el informe de ADECES, mientras España se encarecía otros países se hacían más competitivos. Así, mientras que en Francia e Italia, en 2007 el IPC de hoteles y restaurantes superaba al IPC general en 1,2 puntos porcentuales y en 6 décimas de punto respectivamente; en España el diferencial se elevaba a los dos puntos. En 2008, en plena crisis, los precios de sector se situaron por encima del IPC general en 0,6 puntos, aunque en la actualidad se está produciendo un ajuste de precios más brusco del deseado.

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