Una de las mayores preocupaciones que se plantean en el hogar es la manera de ahorrar energía, puesto que todos los aparatos precisan de una red eléctrica que permita su funcionalidad. Para conseguir este funcionamiento óptimo, es fundamental saber la cantidad de potencia, es decir, de kWh que se debe contratar para no pasarse.
Es importante destacar que cada hogar es distinto, por lo que precisa una determinada potencia. Lo mejor para saber cuál es la más adecuada para el entorno es dejarse asesorar por una comercializadora para realizar el trámite y, además, determinar la cantidad que más se ajuste a la casa.
Aquí influyen, por ejemplo, el tipo de electrodomésticos que dispone el hogar, y el uso que se hace de los mismos. No es lo mismo poner una lavadora cuatro veces al día, que tan solo una.
Como tampoco es lo mismo tener la etiqueta D, la más baja y, por lo tanto, la que más consume, que una ECO (A+), que contribuye a la eficiencia energética.
Servicio stand by para ahorrar energía
Un modo de ahorrar energía es contar con el servicio stand by, o modo de espera, que mejora la eficacia de los aparatos eléctricos. Hay ocasiones en las que gastamos energía sin que los dispositivos estén en marcha. Esto puede suponer alrededor del 2% del total de nuestro consumo. Esto se traduce en 5 euros mensuales en el recibo. Siempre que tenemos un dispositivo enchufado a una red, para usarlo de inmediato, seguimos consumiendo y comiendo energía.
Los televisores, ordenadores o microondas son ejemplos de energía que no se emplea de manera adecuada, porque aún no usándolos, consumen energía. Para evitar este tipo de gasto innecesario, es recomendable desenchufar todos los aparatos que puedan distorsionar la red eléctrica y provocar más desembolso económico.
De este modo, no solo ahorramos energía, sino que nos comprometemos con un mundo más ecológico y responsable con el medio ambiente, al reducir las emisiones de partículas nocivas para el CO2.