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G-14: el mercado se irá recuperando progresivamente a partir del 2012

El grupo de las principales inmobiliarias de España, G-14, avisa de que la compraventa de viviendas caerá un 8,3% en 2011 respecto al año anterior, hasta las 450.000 transacciones, y marcará su nivel más bajo desde 2005, año en que arranca la serie histórica de registros notariales.

Así aparece en un informe del grupo fechado en el mes del mayo que recoge Europa Press, en el que apunta que, desde 2012 el mercado se irá recuperando progresivamente, pero sin llegar a las cifras del ‘boom’. Frente a las más de 900.000 compraventas que se registraban en 2005 y 2006, el G-14 espera que en 2015 estas operaciones ronden los 513.000 contratos de compraventa.

Según argumenta, el repunte de las compraventas de viviendas en 2010 fue meramente «coyuntural», al responder a la anticipación de la subida del IVA y el fin parcial de la deduccción por compra de vivienda habitual, con lo que en 2011 es de esperar una «importante» reducción.

El informe arroja, con todo, unos datos de compraventas superiores a los que refleja la estadística del Instituto Nacional de Estadística (INE). De hecho, calcula que en 2010 se vendieron 491.000 viviendas frente a los 440.000 inmuebles del registro oficial.

La razón, argumenta, es que el INE no tiene en cuenta las aproximadamente 25.000 viviendas vendidas por las entidades financieras, al tiempo que toma los datos que aportan los registros de la propiedad, y no los de los notarios, que se formalizan normalmente unos dos meses después de efectuarse la compraventa.

El «stock» aumentó en vivienda

Por otro lado, pese a que instancias como la Asociación Hipotecaria Española (AHE) o Bankinter han constatado un descenso del «stock» de viviendas sin vender cercano al 2% en 2010, hasta las 685.000 viviendas, el G-14 asegura que esta bolsa de inmuebles volvió a crecer el pasado año, hasta las 692.000 unidades, un 0,5% más que en 2009 y un 2,7% del parque total de viviendas.

La clave, a juicio de las grandes inmobiliarias, sigue estando en el deterioro del mercado laboral y en la falta de financiación, tanto para los particulares como para las empresas.

En este último capítulo, concreta que las propias entidades financieras acumulaban al cierre de 2010 unos 68.700 millones de euros en activos inmobiliarios y que, por ello, han comenzado a aislar este riesgo en «bancos malos».

«Si el capital o aval público estuviera disponible para financiar estos activos improductivos de forma generalizada, no sólo se contribuiría a sanear balances bancarios, sino también a restablecer el flujo de crédito», concluyen.

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