La morosidad de los créditos concedidos por los bancos, cajas, cooperativas y establecimientos financieros de crédito (EFC) a particulares y empresas ha escalado hasta el 11,9% en el mes de julio, tres décimas más que el mes anterior, marcando así un nuevo récord histórico desde que el Banco de España recopila datos.
Según los datos que publica este miércoles la institución que dirige Luis María Linde, la cifra total de créditos dudosos se ha situado en 178.663 millones de euros y se mantiene cerca de los niveles previos al rescate bancario, a pesar de que supone un incremento de 2.020 millones de euros respecto a junio.
La mora registró descensos en diciembre de 2012 y febrero de este año por los efectos contables del traspaso de activos a la Sociedad gestora de activos procedentes de la reestructuración bancaria (Sareb), primero por parte de las nacionalizadas (Bankia, Novagalicia Banco y Catalunya Banc) y después por las del grupo 2, dentro del que figuran Ceiss, Caja3, Liberbank y BMN. Una vez corregido este efecto, la morosidad bancaria ha retomado su senda alcista y ya encadena cinco subidas consecutivas desde el pasado mes de febrero.
La promoción inmobiliaria sigue siendo la principal fuente de morosidad para la banca
En cuanto a los impagados del ladrillo, subieron en junio hasta el 31,12%. En el caso de los promotores inmobiliarios, los créditos impagados suman 61.759 millones, 2.198 millones más que en marzo y la ratio supera el 31%, tras crecer cuatro puntos porcentuales en un año. En el caso de los constructores, los impagos totalizan 18.624 millones, con una mora del 29%, cinco puntos más en la comparativa interanual. La financiación para estos empresarios, que fueron los que más se beneficiaron de la burbuja inmobiliaria cuyo estallido ha llevado a España a la crisis, sigue cayendo.
El saldo del crédito a promotores se situó al cierre del primer semestre en 198.431 millones, tras encadenar 16 trimestres consecutivos de bajada. Antes de que la crisis empezara a hacer notar sus efectos, estaba en 324.664 millones, máximo tocado en junio de 2009.
La deuda de las constructoras con la banca está en 64.195 millones, menos de la mitad del pico que tocó en 2007, cuando alcanzaba los 153.453 millones. Cabe recordar que las entidades nacionalizadas y las que han recibido ayudas públicas han transferido al banco malo sus créditos tóxicos relacionados con el ladrillo. Estos préstamos han salido de los balances bancarios, aunque sigan vivos.