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¿Cuánto cuesta disfrutar de una piscina comunitaria?

El mantenimiento, llenado y contratación de los servicios de un socorrista cuesta a una comunidad de vecinos unos 3.600 euros anuales de media.
Tanto si una piscina se queda vacía o llena durante el invierno, hay que asumir gastos en productos de limpieza y otros específicos que aseguren su higiene y conservación. Además, el proceso de llenado es caro, especialmente en épocas de sequía, y todas las comunidades autónomas cuentan con medidas que impiden el uso indiscriminado de agua para llenar estos espacios. Precisamente por esta circunstancia, existen empresas especializadas que ofrecen servicios de provisión de agua para su uso en piscinas. Llenar una piscina comunitaria de 17 metros de largo por 8 de ancho cuesta, como mínimo, 400 euros, aunque el precio varía en función de la comunidad autónoma, ya que el valor del agua no es el mismo en todos lados (en el norte los acuíferos funcionan perfectamente como surtidores para los usos humanos, mientras que en el sur del país se depende más de sistemas de desalación o depuración, por lo que los costes de extracción son más altos).

El mantenimiento
El mantenimiento de la piscina durante los tres meses que suelen permanecer abiertas supone un nuevo desembolso. Esta vez, el destino del dinero es la compra de productos químicos que mantengan el agua clara y en condiciones de salubridad, y los materiales necesarios para este menester. En una piscina con uso intenso se recomienda un tratamiento de agua y limpieza dos veces por semana, una media de 180 euros semanales. Es preciso comprar cloro, un cepillo limpiador del fondo, instrumentos para medir el nivel de pH, los niveles de acidez (derivados del cloro), la dureza del agua, etcétera.

Desde el Ministerio de Sanidad se recomienda al ciudadano corroborar que los productos que se usan se encuentran homologados, para evitar efectos imprevistos con productos que no están sujetos a la normativa vigente. Además, la calidad del agua se obtiene también a partir del filtro, un aparato cuyo uso recomiendan todos los expertos, puesto que no utilizarlo implica tener que reponer parte del volumen líquido.

El socorrista
Una piscina, y más si se encuentra en una comunidad donde hay niños, es una instalación cuyo principal uso es lúdico. Para poder garantizar la diversión de todos manteniendo la seguridad, es vital contar con los servicios de un socorrista. En los casos de las comunidades de vecinos o urbanizaciones, generalmente existe un código interno que regula el uso de la piscina (los horarios de apertura y cierre, las normas de comportamiento, etcétera) así como las medidas de seguridad que tendrán que aplicarse (vallado del entorno del agua, contratación de un socorrista, etcétera).

La dimensión de la piscina es el factor que decide si una instalación se considera o no como de «uso público». En general, a partir de 200 metros cuadrados se toma como un espacio de disfrute público, y sujeto, por tanto, a las mismas reglas que el resto de piscinas públicas, ya sean municipales o gestionadas por consorcios privados. El número de socorristas que se debe contratar para asegurar la seguridad de los usuarios también difiere en función de la superficie de la piscina, o del número de vasos (superficies cubiertas de agua) con que cuenta. Si en una urbanización existe una piscina para niños alejada del control del puesto del socorrista se debe contar con un profesional para cada piscina. También se obliga a que la instalación esté vigilada por dos socorristas (en la mayoría de comunidades autónomas) en el caso de que la superficie de la piscina supere los 500 metros cuadrados.

La contratación de un socorrista se puede canalizar bien mediante una oferta de trabajo y un proceso de selección gestionado por la comunidad de vecinos, o bien a través de una empresa privada que ofrezca dicho servicio. El salario del socorrista, que oscila entre 780 euros y 1.100 euros, depende del número de horas para el que se contrate, pero también del tamaño de la instalación que debe controlar y del número de usuarios. En algunas urbanizaciones los vecinos contratan a un socorrista que, además, tenga la titulación oficial de instructor de natación expedida por la Real Federación Española de Natación. La razón estriba en que, además de ejercer como socorrista, la persona contratada puede encargarse de enseñar a los niños a nadar y defenderse en el agua, e impartir cursos de «aqua-gym», natación para mayores o incluso sesiones de relajación acuática para embarazadas.

La normativa

1.- No está permitida a entrada a la zona de baño con ropa o calzado de calle.
2.- No esta permitido abandonar desperdicios o basura en la piscina, debiendo utilizarse las papeleras u otros recipientes destinados al efecto.
3.-  Está prohibido el ingreso y permanencia de mascotas y animales en toda el área de la piscina, sin perjuicio de los establecido en la Ley relativa al uso en Comunidad Autonoma correspondiente de perros guía por personas con disfunciones visuales.
4.- No se permite los juegos de pelota en el recinto, o cualquier otra actividad que pueda resultar molesta para otros usuarios
5.-  No se permite el uso de la piscina si no hay socorristas presentes. No se permite nadar de noche sin luz o cuando la piscina está cerrada.
6.-  Todo usuario deberá presentar tarjeta de identificación  de la comunidad  al supervisor, encargado de piscina, recepcionista o socorristas de turno.
7.-  La entrada a la piscina se hará solamente por las áreas designadas.   
8.- Los niños menores de 12 años (inclusive), deberán estar acompañados por sus padres o un adulto.
9.- El uso de las instalaciones debe hacerse con la ropa y calzado deportivo adecuados.
10.- La ducha antes de entrar en el agua es obligatoria. No se permite el uso de gel de baño en las duchas exteriores.
11.- Ingerir comidas o bebidas se limita a áreas fuera de la piscina.
12.- Está prohibido fumar, beber alcohol, drogas o sustancias similares.
13.- No se permite correr en los alrededores de la piscina, áreas de duchas y servicios sanitarios, así como el uso de pelotas o juguetes en el área de la piscina.
14.- Los padres de niños que se encuentren participando en prácticas o clases de natación deberán permanecer en el entorno de la piscina . 
15.- En un lugar visible de la zona de acceso a las piscinas se expondrán las temperaturas del agua, del ambiente, el pH del agua y la humedad relativa, así como los resultados analíticos de la última inspección higiénico-sanitaria realizada por los técnicos competentes.
16.- Todo usuario estará obligado a velar por el buen estado de conservación de las instalaciones y servicios, impidiendo o denunciando todo acto que vaya en deterioro de las mismas y advirtiendo a los empleados cuando observen anomalías en las instalaciones o en el material de las mismas.

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