El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, admite haber dado una imagen de improvisación con los 420 €
El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, ha admitido este jueves que el Gobierno ha podido dar una imagen de «improvisación» en el tema de la ayuda de 420 euros a los parados, pero precisó que no ha sido así y que él está «encantado» con que la medida vaya a ser retroactiva desde el 1 de enero, en lugar de desde el 1 de junio -como le propuso a los sindicatos a principios de la semana- o desde el 1 de agosto -fecha que figura en la norma actualmente vigente-.
El paro en agosto
Corbacho se refirió también al dato de paro de agosto (subió en 84.985 euros tras tres meses bajando), subrayando que no es un dato positivo y que es «parecido» al que se esperaba. En cuanto a la evolución de los próximos meses, Corbacho reiteró que el desempleo seguirá incrementándose, aunque precisó que el último trimestre del año no será tan duro como lo fue el de 2008 (más de 500.000 personas se apuntaron a las listas del paro del Inem entre octubre y diciembre).
Las explicaciones
A propósito de la polémica desatada en torno a los 420 euros, Corbacho, en declaraciones a TVE, negó que el portavoz parlamentario del PSOE, José Antonio Alonso, le haya «corregido» por el hecho de que él propusiera el 1 de junio a los sindicatos como umbral para los 420 euros y luego saliera Alonso diciendo que había margen para mejorar ese plazo y hacer así que más desempleados pudieran acceder a esta ayuda.
«No ha habido ninguna corrección. He tenido una coordinación diaria con el presidente del Gobierno y con nuestro portavoz parlamentario, José Antonio Alonso. (…) Pero el ministro de Trabajo, aparte de ser ministro, es también miembro de un gobierno y debe ser corresponsable con la situación global que tiene la economía», dijo.
Así, Corbacho indicó que los primeros datos indicaban que el coste de esta medida iba a incrementar el déficit público, por lo que el Gobierno optó por una posición «más conservadora», sabiendo que por cada mes que se retrasara la retroactividad de la ayuda el coste sería de 100 millones de euros.
«Eso es lo que me llevó a mí a hacer la propuesta del 1 de junio, pero era una propuesta abierta, porque se tiene que convalidar en el Congreso de los Diputados», apuntó el ministro, que añadió que visto el rechazo que manifestaron los sindicatos y algunos partidos políticos, alegando que no era suficiente ese plazo, era «impensable» que no fuera a moverse la propuesta.
Corbacho señaló además que, a pesar del coste de esta ayuda, unos 1.300 millones de euros, el Ministerio de Economía y Hacienda «entiende que no debe poner trabas» a la misma debido a su contenido social. «En absoluto habrá pegas», manifestó el ministro, que indicó que para financiar esta ayuda lo primero que habrá que hacer es ajustar el gasto no productivo, es decir, no inversor.
El titular de Trabajo ha informado de que hasta el momento 12.000 desempleados han visto reconocida su solicitud para esta ayuda, que, en total, se calcula que podría beneficiar a más de 600.000 parados, aunque se trata de cifras máximas que, según el ministro, incluso podrían ser inferiores.