El sector inmobiliario cierra un 2008 de crisis y se prepara para un 2009 aún más difícil con un millón de pisos en stock.
El sector inmobiliario español ha cerrado un 2008 marcado por una intensa crisis, que ha llevado a numerosas empresas al concurso voluntario de acreedores, y se prepara para un 2009 que los expertos prevén será aún más difícil.
Lo que parecía un ajuste necesario y previsible ha desbordado todas las previsiones. Según informa Servimedia y recoge El Economista.es, el presidente del grupo de inmobiliarias cotizadas G-14, Pedro Pérez, asegura que se trata del «ajuste más intenso que el sector ha hecho en su historia», y así lo muestran los datos. Según los datos que maneja el G-14, a los 800.000 inmuebles en venta se suman ahora 200.000 más recién construidos. Sólo esas 200.000 viviendas sin vender supondrán unas pérdidas de 55.000 millones de euros.
El INE estima que la compraventa de viviendas ha caído un 28,4% en los primeros nueves meses del 2008 y que los precios han bajado un 3% en el tercer trimestre, lastrado por los pisos de de segunda mano.
A esto hay que sumar la restricción de crédito para la adquisición de pisos. Los datos oficiales apuntan que el capital prestado por las entidades financieras se aproximó a 8.714 millones de euros en septiembre, un 44,1% menos que en el mismo mes de 2007.
La falta de crédito ha afectado sobre todo a los promotores, que se han encontrado sin financiación para proyectos y sin poder renegociar su deuda. Esta situación ha llevado a concursos voluntarios de acreedores (antigua suspensión de pagos) o a la entrada de los bancos en su accionariado.
Concurso de acreedores
En el primero de los casos, el concurso de Martinsa-Fadesa puso de manifiesto la dimensión de la crisis el pasado mes de julio, cuando la inmobiliaria reconoció que no podía hacer frente a sus obligaciones de pago.
La compañía que Fernando Martín llevó a cotizar en Bolsa a finales de 2007 tiene una deuda 7.005,4 millones de euros, mientras que el valor de los activos asciende a 7.404. A Martinsa siguieron otras como Tremón o Hábitat.
En el segundo caso, entrada de los acreedores en el capital, abrió la veda Colonial, donde «la Caixa» y el Popular lideraron un sindicato de bancos accionistas que se hicieron con el 23,85%, para acabar con la deuda del ex presidente de la inmobiliaria Luis Portillo.
A Colonial se ha sumado la empresa Metrovacesa. La familia Sanahuja, el que fuera su principal accionistas, ha cedido a sus bancos acreedores el control de la inmobiliaria, que controla alrededor del 54% del capital.
Ayuda del Gobierno
Entre tanto, las elecciones generales de marzo y el nuevo Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero llevaron a una registradora de la propiedad, Beatriz Corredor, a liderar el Ministerio de Vivienda, en sustitución de Carme Chacón, que pasó a Defensa.
Entre sus tareas primordiales, el diseño de un nuevo Plan Estatal de Vivienda, que estará en vigor entre 2009 y 2012 y que el Consejo de Ministros aprobó recientemente. El nuevo plan tiene entre sus objetivos dar salida al stock de pisos e impulsar la rehabilitación.
Además, el Gobierno ha tomado otras medidas para ayudar al sector, entre las que se encuentra una línea del ICO para facilitar la transformación de los préstamos bancarios concedidos a los promotores de vivienda para alargar sus plazos y que cuenta con 3.000 millones o la subasta de compra de suelo al sector privado.
Pese a las distintas iniciativas, el sector no consigue levantar cabeza y los expertos auguran un 2009 más difícil si cabe. El presidente de la Asociación de Promotores Constructores de España (APCE), José Manuel Galindo, asegura que «la verdadera dimensión» de la crisis de la construcción residencial se verá en 2009.
Galindo prevé que en 2009 no se construyan más de 150.000 viviendas, con el consecuente impacto en el empleo. La crisis inmobiliaria sumará más 800.000 puestos de trabajo destruidos entre 2008 y 2009.
En este contexto, el Servicio de Estudios del BBVA prevé que la acumulación de la oferta de vivienda sin vender y la caída de la demanda provocará un descenso del precio de la vivienda del 5%, el próximo año.
Previsiones como éstas levantan las quejas de los empresarios, que defienden que los precios ya no pueden bajar más. El presidente de Rayet, Félix Abánades, asegura que el sector está «mortalmente herido, con un alto endeudamiento y un elevado stock», a lo que se une la desorientación del comprador con el mensaje de caídas de precios.
Más información: