La ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, ha presentado el Estudio Alimentación en España 2009. Producción, Industria, Distribución y Consumo, que elaborado por Mercasa llega este año a su edición número 12. En el acto de presentación, Ignacio Cruz Roche, presidente de Mercasa, ha destacado que la edición de este año ha sido ampliada y reforzada con información sobre consumo dentro y fuera del hogar y hábitos de compra, tanto en los datos por sectores como en el apartado de información territorial por comunidades autónomas.
Comemos más en casa
En cuanto a las tendencias en el consumo, la ministra destacó los cambios más relevantes que se están produciendo como consecuencia de la crisis económica. Así señaló el trasvase del consumo fuera del hogar al consumo dentro del hogar; la menor fidelidad al establecimiento habitual, visitando varios centros a la búsqueda de la mejor relación calidad-precio; o la diferencia en cuanto al número de salidas y el lugar al que se acude según los distintos grupos de edad.
Según el estudio las personas mayores siguen acudiendo a sus establecimientos habituales aunque un menor número de veces, mientras que los más jóvenes tienden a no reducir las salidas pero buscan como alternativa lugares de ocio más baratos.
Datos de consumo alimenticio en 2008
El gasto total en alimentación y bebidas ascendió en 2008 a 90.303 millones de euros. La participación de los hogares se cifra en 66.189 millones de euros (un 73,3%)-, los establecimientos de hostelería y restauración alcanzaron un gasto de 21.442 millones de euros (un 23,7%), mientras que el consumo institucional de alimentos y bebidas fue de 2.672 millones de euros, un 3% sobre el gasto total. El gasto alimentario se incrementó en 2008 el 4,6% con respecto al año anterior, cifrándose el gasto por persona en alimentos y bebidas para consumo en el hogar en 1.472,4 euros.
Seguimos apostando por la calidad
Asimismo, la ministra Espinosa precisó que la calidad sigue siendo lo que prima a la hora de elegir los productos. En la demanda de los consumidores españoles priman los productos frescos: carne, patatas, frutas y hortalizas, pescado, pan, la leche y sus derivados y el aceite de oliva se configuran como las partidas más relevantes de su gasto.
Entre los productos que más crecieron en consumo durante 2008 destacan aquellos que se asocian con la calidad (alimentos saludables y sanos) o con el ahorro de tiempo (alimentos rápidos y cómodos de preparar).
El consumo de vino desciende de forma «alarmante»
Otro dato referido al consumo viene del sector del vino,quien ha expresado este martes su preocupación por el descenso del consumo en España en los últimos años de forma sostenida, con 21,1 litros por adulto, una cifra «sorpendemente más baja» a la de otros países europeos como Reino Unido, Suiza, Bélgica, Holanda y Alemania.
Ante esta situación, el director del Observatorio Español del Mercado del Vino, Rafael del Rey, abogó por trabajar en distintos consumidores y en nichos de mercado diferentes como el canal de la restauración, las mujeres, o el vino blanco, entre otros.
En concreto, según un estudio del Observatorio y la FEV, el 60% de los individuos de 18 años o más se consideran consumidores de vino, lo que supone un conjunto de casi 22,5 millones de personas, de los que un 80% se definen como habituales.
Dentro del consumidor existe una clara polarización hacia el consumo de vinos tintos, ya que estos son consumidos por el 88% de los consumidores, mientras que los blancos lo son por el 40%, los espumosos por el 38%, los rosados por el 26% y los generosos y dulces por el 14%.
Por su parte, el secretario general de la Federación Española del Vino (FEV), Pau Roca, reclamó al Ministerio de Sanidad y Consumo una política de alcohol que considere al vino como un aspecto separado y diferente al resto de bebidas alcóholicas.
«Cada vez que perdemos un consumidor tenemos mayor riesgo de aumentar el problema de alcohol», dijo Roca, quien agregó en este sentido que hay que tener en cuenta al sector del vino «como un remedio» en una política de salud pública.
El descenso del consumo de vinos se explica principalmente por la evolución de los vinos de mesa, que cayeron un 17,9% en volumen y un 15,9% en valor, así como de los espumosos y cavas, que experimentaron una disminución de las ventas del 13,3% en volumen y del 8,6% en valor.