A la hora de embarcarse en la compra de una vivienda lo más importante suele ser el precio de la misma. Eso sí, además de esa cantidad hay que tener en cuenta otra serie de desembolsos que hay que llevar a cabo y que conviene sumar al precio final de la vivienda.
Los gastos asociados a la compra de una vivienda están principalmente relacionados con los impuestos, gestiones notariales y con la firma de la hipoteca para financiar la operación.
Impuestos a pagar
Cuando compramos una vivienda hay que hacer frente al depósito de diversos impuestos. El primero de ellos es el IVA, que se paga únicamente al comprar una vivienda nueva. En estas transacciones hay que añadir también el Impuesto de Actos Jurídicos, que se calcula sobre el valor de la propiedad al escriturarla.
En el caso de la compra de vivienda de segunda mano hay que pagar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales.
Estas tasas varían en función de la Comunidades Autónomas, pero es preciso calcular que suponen un incremento de un 10% en el precio final a pagar por la vivienda comprada.
Gastos notariales
El comprador es quien elige la notaría en la que se realizará la firma de las escrituras, con la cual se procederá a dar de alta la vivienda en el Registro de la Propiedad. Los costes de estos servicios varían en función del precio de la vivienda, pero la gestión notarial suele tener un coste en torno a los 1.000 euros.
Firma de hipoteca
Si al comprar la vivienda necesitas solicitar una hipoteca, tendrás que tener en cuenta los gastos asociados a la apertura de la misma. Ésta tendrá que quedar documentada en el Registro de la Propiedad, habrá que volver a pasar por el notario y, por último, habrá que afrontar los gastos y comisiones asociados al contrato firmado con el banco para la concesión de la hipoteca.