El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, considera que el cuadro macroeconómico que acompaña los Presupuestos Generales del Estado para 2015 está sujeto a riesgos de desviación a la baja debido a las incertidumbres que rodean la evolución económica internacional, sobre todo la de la zona euro.
Durante su comparecencia en la Comisión de Presupuestos del Senado ha asegurado que aunque las perspectivas de la economía española continúan siendo favorables «no están exentas de riesgos» y ha recordado la pérdida de impulso de los mercados de la área del euro.
El gobernador del Banco de España ha mostrado su preocupación por la «pérdida de vigor» de la recuperación económica internacional, «más acusada en los países europeos» y ha recordado que en estos momentos el escenario que se considera más probable muestra unas tasas de avance del PIB «que serán débiles, desiguales por países y que están sujetas a posibles revisiones a la baja».
No obstante, ha explicado que el aumento del PIB en el tercer trimestre en tasa interanual del 1,6% podría acercarse al 2% en el tramo final de este año, una cifra que podría mantenerse en el promedio de 2015.
El cuadro macroeconómico elaborado por el Gobierno calcula un crecimiento del 1,3% del PIB para este año y del 2% para 2015.
El gobernador del Banco de España también ha aseverado que el cumplimiento del objetivo de déficit para 2014 requiere una mejora de 8 décimas del PIB en el conjunto del año, por lo que advierte de que el aumento de los ingresos o la contención del gasto en el último cuatrimestre «deberán resultar superiores a lo observado entre enero y agosto», sobre todo en las CCAA.
Para 2015 ha dicho que la mejora de la situación cíclica y la reducción esperada de los tipos de interés de la deuda pública contribuirán a la mejora de las finanzas públicas y ha indicado que el cumplimiento de la meta del déficit del 4,2 % del PIB exigirá un esfuerzo de ajuste presupuestario «sensiblemente inferior al realizado en años precedentes».
Linde ha pedido mantener «el rumbo» de las reformas estructurales implementadas en los últimos años porque resultan «fundamentales» para asegurar un crecimiento económico que permita reducir la tasa de paro.
En este sentido, ha dicho que las cifras de desempleo siguen mostrando un nivel «inaceptable» y su corrección debe ser «el primer objetivo» de la política económica.
Sin embargo, ha explicado que la reactivación de la demanda nacional ha cobrado un papel decisivo en la recuperación, así como la revitalización del consumo privado y de la inversión empresarial.
Al respecto, ha previsto que la inversión en construcción pueda empezar a cambiar de signo en 2015 o 2016, así como los precios de la vivienda.
También, ha destacado la evolución favorable de las exportaciones de bienes y servicios, «motor de la actividad económica» y ha incidido en que la tendencia a la depreciación del euro puede ayudar a la mejora del saldo exterior en el futuro cercano, aunque ha alertado de que la debilidad de la zona euro puede afectar a las importaciones españolas y es necesario «profundizar en la mejora de la competitividad».
Además, ha alertado de las «dificultades» que comporta un período prolongado de baja inflación para la reducción de los niveles de endeudamiento y para la evolución de la competitividad vía precio.
Por otra parte, Linde se ha referido al endeudamiento público que según los presupuestos alcanzará el 100,3% del PIB en 2015 y ha dicho que «estas cifras ilustran la importancia que sigue teniendo la reducción de los desequilibrios fiscales en la agenda política económica de los próximos años».
