El crédito hipotecario nuevo a finales de 2010 apenas superará los 135.000 millones de euros. Esta cifra supondrá un descenso del 14% respecto a los 157.000 millones registrados en 2009, según las previsiones de la Asociación Hipotecaria Española (AHE).
«A pesar de las diferentes medidas puestas en marcha para impulsar la transaccionalidad del mercado, en términos de nueva contratación, el mercado hipotecario no cerrará un ejercicio más positivo que el anterior«, dice el informe de la AHE sobre 2010 y las perspectivas para el próximo año.
A falta de conocer los datos de actividad para los meses de noviembre y diciembre, la asociación estima que la cartera hipotecaria global para el conjunto del año podría verse reducida hasta un máximo del 2%. En este sentido, explica que la desaceleración de la contratación hipotecaria a lo largo de 2010 ha provocado que el saldo vivo del crédito hipotecario se haya mantenido por debajo de los niveles registrados a finales de 2009. Hasta octubre, acumula un descenso neto de 15.245 millones.
El saldo total de crédito hipotecario de las entidades financieras alcanzó en octubre los 1,084 billones de euros, lo que supone un descenso del 1,23% respecto a los 1,097 billones del mismo mes de 2009, cuando crecía a un ritmo del 0,8%, según los últimos datos de AHE, que confirman la fuerte ralentización que sufre esta actividad en España desde hace tres años.
Los últimos números ponen de manifiesto la brusca desaceleración que afecta al sector hipotecario desde que estalló la crisis de las hipotecas «subprime» en Estados Unidos en agosto de 2007 y contrasta con los crecimientos del orden del 25% que llegó a experimentar el saldo del crédito hipotecario en la fase más aguda del ‘boom’ inmobiliario en España.
Por tipos de entidades, las cajas de ahorros redujeron el saldo hipotecario un 3,95% en octubre en tasa interanual, con 583.989 millones de euros, mientras que los bancos lo incrementaron en un 2,62%, hasta alcanzar 412.834 millones.
Para la AHE «no cabe duda» de que la situación que vive el mercado inmobiliario, con excedentes de vivienda e incertidumbre sobre la evolución futura de los precios, no sólo ha condicionado la actividad hipotecaria de 2010, sino que también incidirá en su futuro comportamiento.
En 2011, el comportamiento de la actividad hipotecaria puede ser «ligeramente más positivo» que el observado este ejercicio, sustentado en la mejora de la financiación a hogares, «ya que no se prevé una recuperación en el corto plazo de la financiación a las actividades inmobiliarias».
Además, en los próximos trimestres ve probable que se registren descensos del índice general de precios de le vivienda, pero resalta que su desarrollo depende tanto de la normalización de los mercados financieros, como del stock de viviendas en venta y el encuentro entre demanda y oferta de vivienda.
Sobre la morosidad, la AHE no prevé descensos generalizados para el conjunto del crédito, que se mantiene en una media del 5,5%, pero incide en que la tasa de impago del sector inmobiliario todavía podría verse incrementada.
La asociación que preside Santos González advierte de que la nueva regulación de consumo de capital y de requisitos de liquidez puede acabar dificultando y encareciendo el crédito ya que inmovilizan más recursos y penalizan determinadas actividades.
La persistencia de dificultades para obtener liquidez y su coste actual son otro de los retos a los que se enfrentan las entidades de crédito y que, indudablemente, van a determinar las condiciones financieras de los nuevos créditos hipotecarios, agrega.
En cuanto a la posible modificación de las garantías personales en los créditos hipotecarios o del establecimiento de obstáculos a los procesos de ejecución, la AHE indica que estas medidas, «socialmente demandadas por intentar suavizar los efectos de la crisis en la sociedad», endurecerían las condiciones de financiación de las entidades en los mercados de capitales «y pondrían en jaque los más de medio billón de títulos hipotecarios en circulación».