La mediación entre inquilinos y propietarios de viviendas en alquiler permite que hasta un 41% de los conflictos relacionados con el arrendamiento puedan verse solventados sin necesidad de que se haga efectivo el proceso de arbitraje, según un informe de la asociación para el fomento del alquiler y el acceso a la vivienda (Arrenta).
La mayoría de los conflictos surgidos en el negocio del alquiler de viviendas se solventaron en un plazo medio de 4 días cuando fueron resueltos mediante mediación amistosa entre las partes.
Asimismo, el estudio señala que en un 69% de los casos estudiados fue posible iniciar un proceso de mediación amistosa con el objetivo de alcanzar un acuerdo antes incluso de la ejecución del arbitraje, es decir, en un plazo de alrededor de un mes desde que se inició el proceso.
El gerente de Arrenta, Carlos Ruiz, ha instado al Gobierno a que apueste por el arbitraje como la mejor fórmula para «dar seguridad a propietarios e inquilinos. Fomentar el alquiler es reducir al máximo el tiempo de resolución de conflictos».