La agencia de calificación crediticia Fitch considera que «en última instancia» el consumidor eléctrico «deberá pagar por la mayor contribución de las renovables al ‘mix’ de generación» español, más aún cuando «los cambios regulatorios no responden suficientemente» a la contención de este coste.
Esta consideración aparece recogida en un informe de la agencia de calificación crediticia en la que además se alude a los «nubarrones» que sufren en la actualidad tanto las tecnologías solares, que son la fotovoltaica y la termosolar, como el conjunto de las inversiones en renovables en España.
En su análisis acerca de los últimos recortes y de la situación de las renovables, Fitch considera que este sector se desarrolló en un periodo muy corto de tiempo en España y dio origen a una «burbuja», en parte por una inadecuada planificación de aspectos como la previsión de demanda eléctrica.
Los últimos recortes al sector tendrán a su juicio al menos cuatro implicaciones negativas, entre ellas un futuro incierto para los nuevos proyectos renovables, litigios legales contra el Gobierno, un deterioro de las condiciones de inversión del país y un aumento de los riesgos asociados a la actividad regulada.
Frente a estas implicaciones negativas, también las hay positivas, entre ellas la contención en el incremento del déficit de tarifa, financiado por las principales eléctricas, o la existencia de un crédito por 2.200 millones que permitirá contener las desviaciones en el sistema eléctrico.