El sector de las viviendas turísticas y vacacionales de Andalucía celebró el pasado día 22 de marzo en Sevilla una cumbre empresarial que bajo el título de El Turismo vacacional. Impacto de un nuevo modelo de negocio, ha escenificado el crecimiento de un sector empresarial que ha emergido en los últimos años de forma paralela a internet y las nuevas tecnologías, y que, según la asociación organizadora, APARTSUR, que reúne en Andalucía a casi trescientas empresas del sector, “ha llegado para quedarse”.
Para Hilario Echevarría, presidente de APARTSUR, “esta jornada – que ha culminado con la asamblea general de la asociación por la tarde- ha permitido visualizar el potencial económico de un sector nuevo que no sólo está generando empleo en Sevilla, sino que está favoreciendo el desarrollo de otros sectores complementarios, que van desde el comercio de proximidad hasta las nuevas tecnologías de la información, que ven en la afluencia de un nuevo tipo de turismo una oportunidad de crecer e innovar”.
Con una ponencia a cargo del experto Julio Pino, socio del despacho de GARRIGUES, la jornada de APARTSUR ha profundizado en el alcance y consecuencias del decreto de ámbito autonómico (28/16) que actualmente regula al sector, aprobado por la Junta de Andalucía en febrero del año pasado y que entró en vigor en el mes de mayo. Con esta normativa la Junta de Andalucía y APARTSUR aspiran a contar con un censo de viviendas con fines turísticos (VFT), para eliminar su clandestinidad y la competencia desleal en la actividad turística.
Dos mesas redondas han completado la jornada empresarial, una sobre los casos de éxito que actualmente se están dando en el sector, y otra sobre modelos de negocio que están creciendo impulsados por el empuje económico del turismo vacacional.
Qué son las VFT: De acuerdo con el decreto, se consideran viviendas con fines turísticos todas aquellas ubicadas en suelo de uso residencial y ofrecen, mediante precio, el servicio de alojamiento de forma habitual y con comercialización y promoción a través de los canales de oferta propios de este ámbito (agencias de viaje, empresas mediadoras u organizadoras y medios que incluyen posibilidad de reserva). Se diferencian entre las completas, que se ceden en su totalidad y no puede superar las 15 plazas, y las viviendas por habitaciones, en las que debe residir el propietario y que no pueden exceder de seis plazas.
Calidad exigible en las VFT: La norma establece unos requisitos mínimos de calidad y confort equiparables a los del resto de alojamientos, con el fin de asegurar los derechos de los usuarios y evitar situaciones de fraude, intrusismo, clandestinidad y competencia desleal. Además, garantiza la seguridad pública al obligar a los propietarios a llevar a cabo un registro documental e informativo sobre los viajeros que utilizan este hospedaje. Las viviendas con fines turísticos deben disponer de licencia de ocupación y cumplir con las condiciones técnicas y de calidad fijadas, como las relativas a ventilación exterior, mobiliario, refrigeración, ropa de cama, menaje y botiquín de primeros auxilios. También tienen que ofrecer información turística de la zona y hojas de quejas y reclamaciones, así como un teléfono de contacto para resolver incidencias durante la estancia.
Qué hace falta para darse de alta como VFT: Según el decreto 28/2016 la adecuación de una vivienda para usarla con fines turísticos conlleva el cumplimiento de varios requisitos. El fundamental es que el inmueble tenga licencia de primera ocupación. Aunque parezca fácil, supone un problema para las casas antiguas que no han tenido esta licencia nunca y ahora deben pasar un trámite municipal que, en muchos casos, se alarga en el tiempo porque es complicado que cumplan el actual código técnico.
¿Por qué están teniendo tanto éxito estas viviendas entre los turistas? Las claves más importantes son el precio, la ubicación y la comodidad y la posibilidad de alojar a familias enteras o disponer de medios, como la cocina, para reducir costes. También es destacable lo que los expertos llaman “experiencias”, es decir, la oportunidad de integrarse en la ciudad como un vecino más, algo que no suele resultar fácil cuando el alojamiento es en grandes instalaciones hoteleras. También, como no, la facilidad de reserva mediante las grandes plataformas de internet.
