El Gobierno francés propondrá un nuevo impuesto a las segundas viviendas destinado a los extranjeros ricos, una medida que pretende recaudar unos 150 millones de euros para las arcas del Estado, según informa el diario Les Echos.
El presidente François Hollande se encuentra bajo la presión de encontrar dinero extra después de que su gobierno enviara una versión modificada de su presupuestos a Bruselas que estaría más en la línea con los objetivos dictados por la Comisión Europea para reducir el déficit.
El llamado «impuesto del fin de semana» se centra en los extranjeros ricos que poseen una segunda vivienda desocupada durante casi todo el año en zonas urbanas como París, Lyon, Marsella o Burdeos.
Es un 20% superior al regular que pagan los propietarios de una vivienda en el país. Su objetivo es añadir más apartamentos al mercado del alquiler y apuntalar la financiación de las administraciones, que ha bajado en medio de la unidad de reducción del déficit de Francia.
Les Echos publica que el Gobierno presentará pronto la ley en el Parlamento. El ministro de Finanzas, Michel Sapin no ha hecho declaraciones, pero en octubre de 2014 anunció que no se introducirían nuevos impuestos ni medidas de ahorro en 2015.
El gobierno de Hollande recibió críticas inmediatas sobre estos impuestos, incluso de su propio gabinete. El ministro François Rebsamen declaró en una entrevista de I>Tele que está en contra de la medida: «Cuando decimos que no vamos a poner más impuestos, no deberíamos poner más impuestos».
Rebsamen dijo que la medida ha sido diseñada para ‘liberar’ las casas de ciudades como París, donde hay unas 170.000 viviendas que son propiedad de extranjeros ricos, aunque también recalcó que estas personas pueden permitirse pagar más impuestos.
