El Banco Central Europeo (BCE) ha bajado por sorpresa los tipos de interés en la zona del euro en 10 puntos básicos, desde el 0,15% hasta el mínimo histórico del 0,05% por la amenaza de deflación. También ha dejado el tipo de interés aplicable a la facilidad de depósito en el -0,20%, mientras que el tipo de interés aplicable a la facilidad marginal de crédito continuará siendo del 0,30%. El último recorte de tipos de la entidad se llevó a cabo tan solo hace tres meses, el pasado 5 de junio, cuando el BCE decidió situarlos en el 0,15% desde un 0,25% anterior para reactivar la economía y enfriar así el euro.
Durante la rueda de prensa, el presidente del BCE, Mario Draghi, ha puntualizado que el recorte de tipos no ha sido fruto de una decisión unánime, pero sí con «mayoría confortable» y ha anunciado un importante programa de compra de bonos de titulización de activos de alta calidad y de bonos garantizados a partir del próximo mes. El italiano ha avanzado que estas compras tendrán un «considerable impacto» en el balance de la entidad, aunque ha aplazado hasta la reunión del 2 de octubre los detalles.
Solamente ha explicado que la compra de estos instrumentos financieros comprenderá bonos existentes y nuevos, y también bonos de titulización respaldados por créditos al sector inmobiliario. «Esto refleja la importancia del mercado de bonos de titulización de activos en facilitar nuevos flujos de crédito a la economía y sigue a la intensificación del trabajo preparatorio en este asunto, como decidió el consejo de gobierno en junio», ha concretado Draghi.
Asimismo, la entidad central ha revisado a la baja una décima sus pronósticos de crecimiento de la Eurozona para 2014 y 2015, hasta el 0,9% y el 1,6% respectivamente. Draghi ha explicado que el BCE observa importantes riesgos a la baja para el crecimiento económico. «La pérdida de actividad económica puede frenar la inversión privada y el aumento de los riesgos geopolíticos podría tener un impacto mayor en la confianza del consumidor y empresarial», ha señalado Draghi. Además, ha añadido que es otro riesgo a la baja para el crecimiento que los países de la zona del euro hagan reformas estructurales insuficientes.
El BCE revisó al alza también una décima los pronósticos de crecimiento de los países que comparten el euro para 2016 hasta el 1,9%, respecto a junio.
El presidente del BCE ha informado además de que la entidad también redujo sus previsiones de inflación una décima hasta el 0,6% para este año. La entidad central sí ha mantenido sus previsiones de inflación para 2015 y 2016 en el 1,1 y el 1,4 por ciento respectivamente.
Draghi ha decidido sacar toda la artillería después de que la inflación de la zona euro cayera en agosto una décima, hasta el 0,3%. El BCE tiene como objetivo una tasa de inflación en niveles inferiores, aunque próximos, al 2%.
Los malos datos en Italia, que ha vuelto a entrar en recesión, y la contracción del PIB en Francia y Alemania también han impulsado a la entidad central a tomar medidas para evitar una tercera crisis económica europea