Dada la magnitud del ajuste fiscal necesario, el Banco de España ha afirmado que no puede descartarse que sea preciso también introducir modificaciones impositivas que acompañen a las reducciones del gasto, precisando que cuando los incrementos impositivos sean necesarios, estos deberían recaer sobre aquellas figuras tributarias que tengan menos efectos distorsionadores sobre el crecimiento y la asignación de recursos. Y en concreto cita, “los impuestos sobre la propiedad inmobiliaria y sobre el consumo”.
El Banco de España hace estas consideraciones en el Informe Anual que el gobernador, Miguel Fernández Ordóñez, ha presentado ante los órganos de gobierno de la entidad. El principal argumento que da el Banco de España para justificar un alza de los impuestos tiene que ver con la “menor presión fiscal relativa de España frente al resto de países desarrollados”, tal y como recoge el diario digital El Confidencial. Y asegura, en este sentido, que “incluso los tipos del IVA, tras su incremento en 2010, siguen estando por debajo de la media de los países de la OCDE”. Se alinea, de esta manera, con la Comisión Europea, que recientemente pidió una subida de IVA para poder compensar un recorte de las cotizaciones sociales.
Según los cálculos del organismo regulador, la relación entre los ingresos recaudados por IVA y los que se obtendrían si se aplicase el tipo estándar -el 18%- se sitúa en el 56% del gasto en consumo, por lo que para incrementar la recaudación podría optarse también por una ampliación de la base del impuesto. En el mismo sentido, recuerda, el escaso peso de la imposición especial, en general, y de la medioambiental, en particular.
Es en este marco en el que, igualmente, propone disminuir la partida destinada a los denominados ‘gastos fiscales’, aquellos ingresos que no recauda el Estado por la aplicación de deducciones o desgravaciones. Y que merman la recaudación de forma importante. Nada menos que un 42% en el IVA, un tercio de los ingresos por IRPF y un quinto en el caso del Impuesto de Sociedades.
La estabilidad de la deuda pública, para 2012
El Banco de España sugiere que sin un aumento de los ingresos, la consolidación presupuestaria va ser más difícil. Y en este sentido, recuerda que la estabilidad de la deuda en el entorno del 70% del PIB (diez puntos más que ahora) no se producirá antes de 2015. Y siempre que se cumplan las proyecciones de crecimiento realizadas por el Banco de España. Esto exigiría, dice el banco central, un compromiso “estricto” de reducción del déficit hasta 2013 y, posteriormente, durante dos años más, un recorte adicional del gasto público.
El Banco de España afirma que si los tipos de interés fueran más elevados de lo previsto y el crecimiento menor, el ajuste fiscal “sería incluso superior”. En concreto, el endeudamiento público podría llegar al 85% del producto interior bruto en 2020, el nivel más alto jamás alcanzado por la economía española.