El ministro de Industria, José Manuel Soria, ha anunciado su propósito de congelar la tarifa de la luz, decisión pactada con el anterior Ejecutivo, y ayer se supo que también está encarrilada la congelación del coste de la bombona de butano. Queda por confirmar que el gas natural tampoco subirá. El anterior ministro, Miguel Sebastián, dejó tramitada una propuesta en ese sentido.
Esta decisión coincide con otra semejante que Industria tomará con el recibo de la luz. El anterior Gobierno y el PP pactaron, durante las conversaciones para el traspaso de poderes, que la tarifa eléctrica quedara congelada en enero. Será factible porque el incremento de los costes regulados (la mitad del recibo, aproximadamente) resulta compensada por un abaratamiento en el precio de la energía consumida.
No obstante, las empresas eléctricas sostienen que para contener el déficit del sistema tarifario (desfase entre costes e ingresos, que ya asciende a más de 20.000 millones) la luz debería subir más del 10% en enero. Y una reciente resolución del Tribunal Supremo ha cuestionado la congelación de la tarifa que Sebastián decidió en octubre. Aún así, el ministro Soria ha declarado hasta ahora que no prevé una subida del precio este enero. A principios de 2011, el recibo eléctrico se encareció el 9,8%.
El Gobierno ha comunicado a los sindicatos que tiene intención de congelar el salario mínimo interprofesional (SMI) para 2012 en los actuales 641,40 euros mensuales, según han informado a Europa Press fuentes sindicales.
Tras subir un 1,3% en 2011, el SMI quedó fijado en 21,38 euros al día o 641,40 euros al mes y en cómputo anual en ningún caso por debajo de los 8.979,60 euros.
Para los trabajadores eventuales y temporeros cuyos servicios a una misma empresa no excedan de ciento veinte días, el salario mínimo se situó en 30,39 euros por jornada. Por último, para los empleados de hogar la cuantía establecida era de 5,02 euros por hora trabajada.
A mediados de este mes, CC.OO. y UGT enviaron una carta al entonces ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, para que el salario mínimo recuperara el poder adquisitivo perdido en 2010 y 2012 y lo mantuviera en 2012, aunque no precisaban ninguna cifra.
Los sindicatos denunciaban en dicha misiva que el SMI ha perdido poder real de compra por el «fuerte aumento» del IPC y el «moderado incremento nominal» de este suelo salarial.
El SMI no subió menos de un 4% entre 2001 y 2009, pero sólo experimentó subidas del 1,5% y del 1,3% en 2010 y 2011, frente a los crecimientos del IPC del 1,8% y del 3,3% en estos años. El resultado ha sido un retroceso real del poder de compra del 0,3% en 2010 y del 2% este año.
En su carta, los sindicatos apuntaban que la crisis económica «no puede servir como excusa para desistir en el objetivo de alcanzar un salario mínimo del 60% del salario medio».
El SMI español es uno de los más bajos de los países de la UE-15 que lo tienen establecido en su ordenamiento jurídico con cobertura general, tanto en términos absolutos como en paridad de poder de compra, solo por encima de Portugal.