Las facturas de la luz cada vez son más difíciles de leer y las empresas tienden a complicar cada vez más su lectura. Por ello, en este artículo vamos a intentar desenredar los conceptos que hay detrás de tu recibo de la electricidad.
Características de una factura eléctrica
Aquí encontramos cuatro factores a tener en cuenta:
Consumo en la red eléctrica: se trata del gasto directo que se realiza en la red. Se calcula en kilovatios por hora (kWh). ¿Y cómo se calcula este valor? Evidentemente varía de cada tarifa, pero el resultado se puede obtener mediante la multiplicación del consumo por el precio el euro del kWh.
En este sentido, cabe destacar que el precio suele rondar los 0,14 euros por kWh.
Si quieres conocer el consumo de electricidad en tu hogar, hay aplicaciones que te pueden ayudar a determinarlo: consulta aquí tu consumo.
Término de potencia: aquí, a más potencia contratada, mayor será el gasto. A día de hoy, la potencia media que se contratan en los hogares es de 5,75 kW. Este factor depende de las necesidades y prioridades de cada hogar.
Impuesto de Valor Agregado (IVA): que, en este caso, es del 21%. Va incluido y desglosado en la factura.
Otros gastos: el recibo de la luz también puede sumar otro tipo de desembolsos adicionales, como el alquiler del contador o los impuestos de electricidad que, en principio, no ocupan un valor muy voluminoso.