Aunque la irrupción de la pandemia no ha tocado de muerte el mercado inmobiliario español, sí que apreciamos ciertos ajustes en los precios de los inmuebles. Es por ello que muchos ciudadanos con ahorro se preguntan si es un buen momento para comprar una casa. El ladrillo ha demostrado ser una inversión rentable y segura. A pesar de las crisis que se han ido sucediendo, el largo plazo siempre acaba devolviendo a este activo su fortaleza frente a otras inversiones cortoplacistas de mayor riesgo y volatilidad.
El teletrabajo es otra de las razones que apoyan el interés de la demanda por la costa española. Las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística datan de 2019 y apuntaban que solo el 4,8% de los españoles disfrutaba del teletrabajo. Sin embargo, en 2020 el escenario ha dado un giro. No son pocas las empresas que, tras la buena experiencia del trabajo remoto durante la COVID-19, han decidido implantarlo para siempre. De hecho, el propio Banco de España confirma en una encuesta que el año pasado el 80% de las compañías que formaron parte de la muestra aumentaron esta alternativa con el fin de tratar de que su actividad se resienta lo menos posible.
En este sentido, y puestos a elegir desde dónde teletrabajar, no es de extrañar que la costa española sea una de las principales opciones. Si la situación laboral cambia y de nuevo hay que acudir a la oficina, será porque la normalidad ha vuelto a nuestras vidas, y esta normalidad también será extensible a otros ámbitos como, por ejemplo, el alquiler turístico. Es por ello que, esta segunda residencia podrá rentabilizarse a través del arrendamiento vacacional cuando la situación pandémica haya quedado atrás, la vacuna sea una realidad para buena parte de la población mundial y las restricciones de movilidad sean un asunto de pasado.
No podemos perder de vista los atractivos precios que registran ciertas localizaciones a pie de playa. Desde marzo de 2020, mes clave del coronavirus, según apunta el índice general de la estadística IMIE General y Grandes Mercados de TINSA, se ha reducido el valor de la vivienda nueva y usada. La tasadora indica que el mayor ajuste se localiza en la costa mediterránea (-2,6%), seguido de las islas Baleares y Canarias (-1,4%), lo que confirma la extraordinaria oportunidad que tienen aquellos inversores que desean incrementar su patrimonio inmobiliario.
En lo que respecta a la obra nueva, señalar que buena parte de las compraventas realizadas por extranjeros en España tienen como destino la costa española, por lo que el parón pandémico dibuja un escenario de oportunidades para el cliente nacional, que puede aprovecharse de llamativas rebajas en últimas unidades residenciales en promociones llave en mano. En cuanto a la segunda mano, el stock ha crecido. En el mercado coexisten pisos que urge vender. Hablamos de viviendas heredadas tras la dolorosa muerte de una familiar afectado por el coronavirus o de empleados en ERE o empresarios que han optado por poner a la venta su vivienda en la playa con el fin de obtener liquidez de forma rápida.