Comprar una vivienda exige una inversión importante, probablemente, la más importante que vayamos a realizar a lo largo de nuestras vidas. Sin embargo, el desembolso es desigual a nivel territorial, dado que hay localizaciones donde no solo el precio de un inmueble será más asequible, sino en las que además el número de metros cuadrados que se obtiene por la transacción es mucho más alto. Esta brecha tiene mucho que ver con, por ejemplo, las infraestructuras, dado que aquellas ubicaciones con peores comunicaciones por carretera o con redes de transporte público menos desarrolladas tendrán un valor a la baja. Igualmente, la presión de la demanda está muy relacionada con los altos precios que se pagan en capitales de provincia de primera línea como Madrid y Barcelona. Al fin y al cabo, se trata de enclaves que concentran una oferta laboral, formativa y de ocio muy importante, y esto atrae a los compradores. Lo mismo ocurre con los litorales españoles, donde la cercanía al mar es un valor añadido que se paga. Asimismo, hay costas más consolidadas que otras, siendo este un aspecto que influye de forma decisiva en el precio.
Cuando llega ese momento en el que nos planteamos dar el paso y convertirnos en propietarios, nuestra zona de confort suele marcar la localización de nuestra futura vivienda. Es por ello que siempre nos decantamos por una casa que esté relativamente próxima a nuestro lugar de trabajo, al colegio de nuestros hijos, e incluso, a la vivienda en la que residen nuestros padres. El valor de la proximidad está muy unido al de la primera vivienda.
Otro asunto es que no tengamos una preferencia espacial clara o que nos sea indiferente porque nuestro estilo de vida es capaz de adaptarse a cualquier entorno. En este sentido, es donde vale la pena investigar un poco dentro de la oferta actual de viviendas en venta, por ejemplo, de portales inmobiliarios como pisos.com. Así, si la ubicación no supone un problema, podemos optar por viviendas muy baratas. Si, además, tampoco nos importa el estado de conservación y nos sentimos con fuerzas para afrontar una reforma integral o pasar de nivel y encarar una demolición y posterior autopromoción, entonces el gasto podría quedar reducido a niveles realmente interesantes.
Para encontrar las casas más baratas en venta en España, nada mejor que realizar una búsqueda y filtrar por precio, colocando los inmuebles más baratos en primer lugar. Para hacerse una idea de cuáles son las ubicaciones que menos daño hacen a nuestros bolsillos, el informe de precios de venta de pisos.com es una buena referencia. Según datos de agosto de 2020, las casas más baratas se situaron en Castilla-La Mancha (880 €/m²), Extremadura (1.006 €/m²) y Murcia (1.113 €/m²). A nivel provincial, Cuenca cerró la clasificación con 743 euros por metro cuadrado. Otras provincias económicas fueron Ciudad Real (762 €/m²) y Toledo (789 €/m²). Por otro lado, la capital de Ávila fue la más asequible con 1.050 euros por metro cuadrado. Otras capitales de provincia baratas fueron Ciudad Real (1.112 €/m²) y Jaén (1.115 €/m²). En cuanto a los municipios, el top ten de localidades más baratas en las que comprar una casa en agosto estuvo formado por Albox (519 €/m²), en Almería; Linyola (544 €/m²), en Lleida; Yecla (555 €/m²), en Murcia; Carcaixent (570 €/m²), en Valencia; Caudete (577 €/m²), en Albacete; Lorquí (609 €/m²), en Murcia; Benavente (616 €/m²), en Zamora; Algemesí (623 €/m²), en Valencia; Calahorra (624 €/m²), en La Rioja; y Alguazas (625€/m²), en Murcia.