Por debajo del PIB, cifrado en el 1,5%. Esto es: 15.000 millones de euros será el tope para la subida de impuestos anunciada por el Gobierno y que ayer materializó el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados para debatir sobre la crisis económica.
Calificándola de «medida de carácter extraordinario en un contexto como el actual», lo cierto es que esa subida de impuestos apenas representa la séptima parte del déficit presupuestario previsto para todo 2009, que se situará en torno a los 100.000 millones de euros.
«Les voy a pedir unos ingresos adicionales a los españoles por solidaridad con los parados, y muchos lo entenderán», ha asegurado el presidente.
Zapatero ha recordado que el Gobierno ha rebajado los impuestos desde que él está en la Moncloa en unos 20.000 millones de euros, tanto en el impuesto sobre la renta, de sociedades o patrimonio. «Les hemos rebajados 20.000 millones y ahora les pedimos una cantidad inferior», ha asegurado el presidente.
Sin noticias de dónde lo van a sacar
El dirigente socialista, siguió sin concretar las figuras tributarias a las que afectará ni los porcentajes concretos, aunque admitió que supondrá «una subida moderada de la presión fiscal».
Confirmó, además, que en ningún caso el aumento se aplicará a las rentas del trabajo.
Zapatero recalcó que, en cualquier caso, la presión fiscal seguirá estando, «apreciablemente por debajo de la media europea» y que, tras el incremento, «la misma será inferior a la presión fiscal que existía en 2004».
El objetivo de este aumento es, según justificó el presidente, contribuir a una reducción del déficit equivalente a la que se va a conseguir con los recortes en el gasto público y garantizar una capacidad recaudatoria suficiente para atender las necesidades de protección social y la inversión en infraestructuras.
Zapatero señaló, además, que los Presupuestos para 2010 serán los «más austeros de los últimos años» y continuarán con un proceso de reducción de gasto que será del 4,5% respecto a 2009. Eso son 8.600 millones de euros que, tal y como aclaró, supondrán, «una depuración exhaustiva de todo gasto no estrictamente prioritario».
Más adelante, el presidente dijo que la reducción en el gasto medio de los ministerios será de un 6% y se corresponderá con un recorte de los gastos corrientes, la contención de las retribuiciones a los funcionarios y la «restricción radical» de la oferta pública.
Según ha afirmado el presidente, aunque Hacienda ya tiene un plan completo para la reforma fiscal, antes hay que consensuarlo con los grupos parlamentarios y por eso lo anunciará durante el debate de presupuestos generales del Estado.
El sector inmobiliario, de nuevo motor de la recuperación económica
Por otra parte, el presidente ha advertido que tardaremos en digerir las consecuencias de esta crisis económica, que sólo se superará, ha dicho, cuando la recuperación se asiente y se vuelva a crear empleo de forma estable. «La recuperación no será vigorosa si no logramos reactivar el sector inmobiliario», ha concluido. La construcción, ha recordado, ha destruido el 40% del total de puestos de trabajo perdidos durante la crisis.
En su comparecencia extraordinaria en el Congreso, Zapatero recordó los datos publicados por el Ministerio de Vivienda, que indican un crecimiento de las transacciones de inmuebles en el segundo trimestre del año del 7,8% con respecto al trimestre anterior, hasta totalizar las 112.886 viviendas.
El jefe del Ejecutivo ha insistido en que, en su opinión, lo peor de la recesión ha pasado, lo que «no significa, en absoluto, que la recuperación ya esté aquí», o vaya a culminar «con rapidez».
Asimismo, informó de que incorporará en los Presupuestos Generales del Estado para 2010 la eliminación de la desgravación «indiscriminada» por compra de vivienda habitual a las rentas superiores a 24.000 euros anuales. Algo que también servirá de estímulo para liberar el actual excedente de inmuebles.