En el último trimestre la financiación a los hogares e instituciones sin ánimo de lucro ha caído un impresionante 94,5% respecto del mismo periodo del año anterior, según publican en Cotizalia.com. Si entre noviembre de 2007 y enero de 2008, bancos y cajas de ahorros concedieron préstamos nuevos a las familias por valor de 15.773 millones de euros (principalmente para la adquisición de vivienda), en el mismo periodo de tiempo de 2008 y 2009, la cantidad asciende a 881 millones de euros.
Los datos que acaba de publicar el Banco de España indican que en enero el crédito total a las familias (el nuevo y el viejo) se situó en 909.535 millones de euros, de los que 674.294 se destinaron a la adquisición de una vivienda. Esto significa que en el último trimestre el crédito nuevo para comprar una casa se ha contraído prácticamente a la quinta parte.
Crédito y pisos
A la luz de estos datos, no es de extrañar que Pedro Pérez, el presidente del llamado G-14 (el lobby de las inmobiliarias) dijera hace algunos días que las empresas asociadas «iniciaron ‘cero’ viviendas en diciembre de 2008». Según sus cálculos, «en el último trimestre, a nivel del G-14, se han iniciado 135 viviendas», lo que idea de la crisis del sector, que no sólo sufre la restricción del crédito sino que, además, debe absorber cientos de miles de pisos construidos en los años del ‘boom’ que hoy no tienen comprador.
Miguel Martín, el presidente de la Asociación Española de la Banca Privada (AEB) ha admitido recientemente en el Congreso de los Diputados un endurecimiento de las condiciones de financiación de la economía española, que achacó más a un problema de solvencia que de liquidez. En su opinión, la estrategia del Banco Central Europeo (BCE) de poner en el mercado todo el dinero que sea necesario a un plazo máximo de seis meses está dando resultados, por lo que hay suficiente liquidez para prestar dinero. El problema, por lo tanto, es que en un contexto recesivo la banca teme que un aumento de la morosidad acabe por arrastrar a su cuenta de resultados y por ende a la propia solvencia del sistema financiero, lo que generaría problemas añadidos para la economía.
Para el presidente de la patronal bancaria, lo prioritario es que el sistema financiero “salga fortalecido de la crisis y no debilitado”, para lo cual “me da igual” -dijo- “si hay que utilizar el Fondo de Garantía de Depósitos o cualquier otro instrumento”.