El mercado inmobiliario español está expectante a lo que ocurre en Reino Unido. Si los británicos votan el próximo el 23 de junio a favor de su salida de la Unión Europa, tendrá un impacto negativo sobre el mercado inmobiliario en España, al menos a corto plazo. Dada la importancia de la demanda británica en la costa, podría ser un golpe contra la recuperación del mercado inmobiliario en zonas como la Costa del Sol y la Costa Blanca, según los expertos.
No hay que olvidar que los británicos son los extranjeros que más viviendas compran en España. “La Costa del Sol, Islas Baleares, Alicante y las Canarias destacan como líderes de la recuperación del mercado en la costa”, comenta Miguel Sanz, director territorial Norte de Tinsa. “En todos estos mercados, los británicos son el número uno entre los compradores extranjeros, con la excepción de Islas Baleares, donde son los segundos, por detrás de los alemanes.”
Según los Registradores de España, la demanda británica en el primer trimestre del año fue casi tres veces mayor que la del siguiente mercado, el francés. De hecho, se registraron 2.814 ventas de compradores británicos (el 22% del mercado extranjero), frente a las 1.014 de franceses (el 8% del mercado foráneo). Además, los británicos han sido los principales impulsores de la demanda extranjera en los últimos años, al pasar del 14,9% en el primer trimestre de 2013 al 21,9% en el mismo periodo de 2016, apunta Stücklin.
Una posible salida del Reino Unido de la UE abriría un proceso de incertidumbres por los 400.000 expatriados británicos en España, que se podrían ver afectados por asuntos como pensiones, sanidad y fiscalidad. “Un Brexit podría suponer un problema para los expatriados y dejaría la libra más débil contra el euro, reduciendo el poder adquisitivo de los compradores de segunda residencia,” explica Stücklin.
Además, dicen los expertos, tendría un impacto económico negativo en las regiones costeras de España. Un estudio reciente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de la Provincia de Alicante (Provia) aclara que el año pasado la venta de inmuebles en la provincia, donde el 20% de los residentes son extranjeros, generó una inversión extranjera de 2.271 millones de euros (2.700 millones de euros en la Comunidad Valenciana), además de 1.000 millones de euros anuales de ingresos fiscales para la Generalitat. El negocio mantiene 200.000 puestos de trabajo en la región y los promotores locales gastan una fortuna promoviendo la región como destino turístico a nivel internacional. “Algo similar ocurrirá en otras regiones turísticas clave como la Costa del Sol, Baleares y Canarias,” dice Stücklin.