La demanda de áticos rebasa la oferta pese a que son hasta un 40% más caros
Para los áticos no hay crisis que valga. Hay que dar por ellos entre un 20% y un 40% más que por cualquier otro piso de idéntica superficie en el mismo edificio. Se pagan las vistas, la privacidad y la superficie. «Si el precio estuviera muy por encima de estos porcentajes difícilmente se encontrarían demandantes y, si se vendiera por debajo, es más que probable que ni siquiera llegara a salir al mercado», explica Elisa Morillo, directora de Expansión de Foro Consultores.
Justifica este recargo la escasez de oferta, que no cubre la presencia de una demanda dispuesta a comprar el piso más alto de cualquier edificio.
Esta sed de áticos no es nueva. Ya se daba con entusiasmo durante los años de la fiesta inmobiliaria y eso que su precio en cualquier promoción no bajaba de 700.000 euros. Su papel en la cuenta de resultados de las promotoras siempre ha sido esencial, puesto que a pesar de tener un coste de construcción similar al de cualquier piso, su precio ha sido y será mucho más alto. «Muchos ni siquiera llegaban a salir a la venta, ya que se los quedaban los promotores o arquitectos del proyecto», apunta Paloma Pérez Bravo, directora general de Engel & Völkers en Madrid.
Estas viviendas se vendían rápido, se despachaban, aunque fueran las más caras con diferencia. Los clientes sabían que comprar un ático sobre plano era un seguro de vida. La revalorización durante el periodo de construcción y comercialización estaba garantizada, explica Gonzalo Sáenz, agente de Re/Max Urbe. Y los que no vendieron, lo están rentabilizando hoy por la vía del alquiler.
Como ahora, el precio del metro cuadrado de los áticos era casi el doble que el de las demás viviendas. Fue tal la fiebre, que el metro llegó a venderse por más de 13.000 euros en algunas zonas de la capital madrileña. Los había por 300.000 y por dos millones de euros.
Ese precio depende de la orientación, la superficie, los metros de terraza y el número de plantas, señala la directora de Expansión de Foro Consultores, que recuerda que no es lo mismo un ático en cuatro alturas que en siete. Lo que ha sucedido con estos pisos deja claro que cuanto más alto, más caro. Quién lo iba a imaginar cuando antaño eran las casas destinadas al servicio y al trastero.
Ahora sus pretendientes pagan por no tener vecinos en la planta alta que molesten (si es esquinero mejor porque tampoco los hay en un lateral), las vistas, las terrazas y el escaso ruido del tráfico. Además, «vivir en el ático te proporciona un estatus que no te lo ofrece la vivienda tipo», indica Morillo.
Como en el resto de tipologías, sus precios han bajado, aunque el azote ha sido más llevadero. «Aun siendo las viviendas más deseadas, los áticos de lujo han sufrido un ajuste del 15%, bastante menos que otras tipologías que han bajado hasta un 40%», según Alberto Muñoz, socio y director de Presidence. Aunque no todos estos pisos son sinónimo de gama alta. En el portal idealista.com actualmente hay cerca de 30.000 anuncios de áticos de todo tipo y el precio medio del metro cuadrado está en 2.142 euros.
Si el coste es realista, un ático se puede vender en días. La demanda sigue en auge, pero está desechando los precios desorbitados. «En segunda mano hay algunos precios altísimos y fuera de mercado, sobre todo si el cliente compró entre 2004 y 2007 y ahora quiere vender», asegura Rafael Valderrábano, director general de Básico Homes. «Hemos colocado áticos en menos de una semana, mientras que otros llevan más de cinco años. Por ejemplo, en los barrios barceloneses de Pedralbes, Sarriá y Sant Gervasi uno de 500.000 euros se vende en dos o tres meses», señala Joan-Galo Macià, director general de Engel & Völkers en Barcelona.
El producto más solicitado, pero que más escasea, es la obra nueva. Con la reactivación de las promociones hay algo más de oferta en Madrid, Barcelona y Zaragoza, así como en zonas de la Costa del Sol y Valencia. Pero poca: los anuncios de áticos en España son mayoritariamente de segunda mano y solo un 2,3% son a estrenar, dicen en idealista.com.
Están en los nuevos desarrollos de la capital: desde 190.000 euros en los ensanches de Vallecas o Carabanchel, a los 400.000 de Las Tablas o Valdebebas. En Barcelona, con mucho menos producto, se pueden encontrar en la zona del Port Fórum por 250.000 euros y en Ciutat Vella por 500.000 euros.
El mercado de segunda mano es más amable. La horquilla en Madrid engloba desde los 65.000 euros que piden en Vallecas, hasta áticos de ensueño que superan los seis millones de euros en el barrio de Salamanca. En Barcelona los hay desde 65.000 euros en Horta Guinardó a cinco millones en Sarrià Sant Gervasi, según el portal inmobiliario.
Otros presupuestos, más prohibitivos, se manejan para los áticos situados en las zonas más céntricas y caras. En barrios de primer orden el metro cuadrado no baja de 5.000 euros. En la capital madrileña, por ejemplo, los de segunda mano «suelen ser áticos a reformar, en zonas privilegiadas con vistas espectaculares a los lugares más emblemáticos de la capital», dice Pérez Bravo. «Tenemos en barrio de Salamanca por 5.800 euros el metro, en Chamberí por 5.000 y en Centro por 4.500 euros», continúa. Comprar uno nuevo en el barrio de Salamanca sale por unos 9.000 euros el metro, en Chamberí 7.000 y en Centro 6.000.
Estos pisos situados en la cima del edificio son buscados por clientes de reposición, que quieren cambiar a una vivienda mejor. Es el sustituto del chalé para gente que no quiere escaleras, pero sí un espacio al aire libre en la ciudad. El perfil del comprador depende de la tipología. «Si tiene uno o dos dormitorios está destinado a inversores que luego alquilarán a solteros o matrimonios maduros con hijos emancipados. Si dispone de tres o cuatro dormitorios, los adquirirán matrimonios de 40 a 55 años con hijos sin emancipar», señala Morillo. Suelen tener un perfil profesional cualificado: profesionales liberales, empresarios o inversores.