La crisis del mercado de trabajo y su impacto en los ingresos de las familias se ha hecho sentir en España con mayor fuerza entre los hogares más vulnerables, mientras que los más ricos apenas han visto mermados sus ingresos, según refleja un informe elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
En su informe «Panorama de la sociedad 2014», la OCDE señala que el 10% de los hogares españoles con menores ingresos perdió prácticamente un tercio de sus ingresos entre 2007 y 2010, con una caída anual del 14%, lo que representa «con mucho» el mayor descenso de toda la OCDE, donde la media de pérdida de ingresos fue del 2% entre los hogares más desfavorecidos.
Por contra, el análisis de la institución con sede en París señala que los ingresos del 10% más rico en España disminuyeron en aproximadamente 1% al año, lo que supone que España ha experimentado «un fuerte aumento en la desigualdad de ingresos».
De este modo, en 2010, los ingresos medios del decil más rico en España fueron 13 veces más altos que los ingresos medios del decil más pobre, en contraste con la media de la OCDE, que se situó en 9,4 veces.
En términos generales, el informe de la OCDE cifra en unos 2.600 euros por persona la pérdida media de ingresos sufrida por los hogares españoles entre 2008 y 2012, una de las caídas más fuertes entre los países de la eurozona.
En este sentido, la OCDE considera que la dramática disminución del ingreso disponible también refleja lo «dispareja» que es la protección de aquellos afectados por el desempleo y recuerda que con una tasa de desempleo en España 2,5 veces más alta que la media UE, el gasto en prestaciones para las personas en edad de trabajar «está apenas sobre la media», mientras el gasto por desempleado en programas de activación disminuyó en más de dos tercios entre 2007 y 2011, de unos 390 euros a 160 euros mensuales. «El sistema de protección social español estaba mal preparado para enfrentar una crisis del empleo, con un fuerte aumento en el paro de larga duración y del riesgo para las familias de encontrarse en situación de pobreza», apunta la OCDE.
A este respecto, la organización señala que los ancianos y los beneficiarios de pensiones «han estado mejor protegidos», lo que ha permitido que la tasa de pobreza relativa entre las personas mayores bajara en 8 puntos porcentuales, hasta un 12%, mientras la pobreza infantil subió en 3 puntos porcentuales, hasta el 21%, frente a la media del 13% de la OCDE, y la tasa de pobreza entre los jóvenes registró un salto de 5 puntos.
Ante esta situación, la OCDE advierte de que resulta «altamente improbable» que una recuperación económica, aúnque sólida, pueda, por sí sola, poner fin a la crisis del mercado del trabajo y a la crisis social que España atraviesa actualmente. «Aún queda mucho por hacer para ayudar a que las familias mejoren rápidamente su situación cuando la economía consolide su recuperación», apunta la OCDE, que plantea la necesidad de fortalecer «urgentemente» las prestaciones asistenciales para los desempleados de larga duración y para las familias de trabajadores pobres.
A este respecto, la OCDE se muestra partidaria de reducir el número de productos que se benefician de un IVA preferencial o que están enteramente exentos con el fin de financiar dicho refuerzo de las prestaciones, puesto que considera que estas ayudas pueden ser orientadas de manera más precisa y eficiente, de tal manera que el gasto social vaya en ayuda de las personas más necesitadas.
«En general, los grupos de bajos ingresos consumen menos que los grupos de altos ingresos y, en consecuencia, las exenciones y rebajas del IVA los benefician menos», defiende el informe.