Banco Santander ha anunciado que «pase lo que pase» va a sanear el balance de sus cuentas. Para llevar a cabo esta tarea, la entidad ha encargado la venta de una cartera de inmuebles adjudicados por un valor cercano a los 3.000 millones de euros, operación que se suma a la colocación de una cartera de créditos dudosos por 5.000 millones, según fuentes informadas del proceso.
Una vez tasados de nuevo los edificios, Santander se ha puesto en contacto con los principales brokers inmobiliarios internacionales -Jones Lang Lasalle, Richard Ellis y Aguirre Newman- para calcular los precios de venta, según informa El Confidencial.
Como el resto de la banca, la institución presidida por Emilio Botín tiene un grave problema con los adjudicados. La entidad se ha tenido que quedar con activos relacionados con el ladrillo por valor de 8.335 millones desde que estalló la crisis en 2008. Ese año ya tuvo que digerir en su balance pisos, oficinas y suelos por valor de 4.800 millones. En 2009, la cifra ya ascendía a 6.500 millones y a finales de 2010 ya había superado los 7.500 millones.
En el primer semestre de este año, Banco Santander ha tenido que quedarse con más activos inmobiliarios valorados en 826 millones. Si se tienen en cuenta las coberturas del 32% de media, la cifra se reduce a 470 millones. Del total de la cartera de adjudicados (8.335 millones), la entidad financiera ha dotado 2.670 millones, por lo que el volumen neto se queda en 5.664 millones.
El tipo de activo que más pesa en el balance es la denomina “viviendas y edificios terminados”, que sumaba a 3.314 millones brutos a 30 de junio. La siguiente área que más pondera es el “suelo urbanizado”, que ascendía al cierre del primer semestre a 2.979 millones. Después están los “suelos urbanizables” (992 millones) y los “edificios en construcción” (700 millones). El último epígrafe es de “otros suelos”, con una exposición de 350 millones. La cobertura oscila desde el 42% de la última categoría, al 25% de la de viviendas terminadas.
Fuentes próximas al Santander explican que, con la puesta en venta de estos activos, se pretende enviar un mensaje claro al mercado de que el banco quiere ser muy transparente con su balance y que está decidido a tomar medidas drásticas aunque ello suponga minar la parte final de la cuenta de resultados. Ello se produciría en el caso de que el precio de venta fuera inferior al valor dotado de los inmuebles, una situación que no se descarta por la presión que van a hacer los potenciales compradores.
Lo mismo sucede con la cartera de crédito dudoso, donde los conocidos como fondos buitre o fondos oportunistas están pujando muy a la baja por asumir los préstamos morosos de las entidades financieras. Banco Santander ha destinado a insolvencias 26.334 millones en los tres últimos años, casi lo que vale en bolsa BBVA. En 2010 la pérdida del valor de los activos le costó 10.250 millones, una cifra que previsiblemente se repetirá en el ejercicio en curso. Hasta junio había dotado 4.800 millones, solo un 1% menos que en el primer semestre del año precedente.
De la cartera total de crédito, José Antonio Álvarez, director financiero de Santander, explicó a finales de julio en la conferencia de resultados con analistas que los inmobiliarios habían bajado a 25.347 millones de euros a junio de 2011, frente a los 27.334 millones que tenían a finales de 2010 (1.987 millones de euros menos). Como en otras ocasiones, el volumen de la transacción fijará precio en el mercado para el resto de competidores que sigan sus pasos.
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